B.F. Skinner (1904-1990) fue un psicólogo estadounidense, uno de los más influyentes del siglo XX en el campo de la psicología conductista. Es especialmente conocido por desarrollar la teoría del condicionamiento operante, que amplió y profundizó en las ideas de John B. Watson y Ivan Pavlov, pero con un enfoque más centrado en las consecuencias de las conductas.
A diferencia de Pavlov, que se centró en el condicionamiento clásico (donde un estímulo neutral se asocia con un estímulo incondicionado), Skinner se interesó por cómo las consecuencias de las conductas podían moldear el comportamiento a lo largo del tiempo. Su enfoque se basa en el estudio del comportamiento observable, en línea con los principios del conductismo, pero con una atención más directa a las interacciones entre los organismos y el ambiente.
Condicionamiento operante es el proceso por el cual un comportamiento se fortalece o debilita según las consecuencias que siguen a ese comportamiento. Skinner amplió la idea de Pavlov y la aplicó a situaciones más complejas, más allá de respuestas automáticas o reflejas.
- Refuerzo positivo: Se da una recompensa (refuerzo) después de un comportamiento para aumentar la probabilidad de que se repita. Por ejemplo, si un niño recibe una golosina por hacer su tarea, estará más motivado para repetir el comportamiento.
- Refuerzo negativo: Se elimina un estímulo desagradable para aumentar la probabilidad de una conducta. Un ejemplo sería dejar de escuchar una canción molesta cuando alguien termina una tarea.
- Castigo: A diferencia del refuerzo, el castigo busca disminuir la probabilidad de que un comportamiento se repita. Puede ser castigo positivo (añadir algo desagradable, como una reprimenda) o castigo negativo (retirar algo agradable, como tiempo de juego).
- Extinción: Ocurre cuando un comportamiento deja de ser reforzado y, con el tiempo, desaparece.
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